Debido a la expansión en el uso médico del CBD, la Organización Mundial de la Salud decidió revisar la evidencia de su seguridad y eficacia.

En tal sentido, a finales de 2017, publicó un informe donde informó que “el CBD generalmente se tolera bien con un buen perfil de seguridad”. Sin embargo, también notaron que pueden ocurrir efectos adversos, especialmente como resultado de interacciones entre el CBD y otros medicamentos que un paciente pueda estar ingiriendo.

El informe no encontró indicios de posible abuso o dependencia. “Hasta la fecha no hay evidencia de uso recreativo de CBD o de ningún problema relacionado con la salud pública asociado con el uso de CBD puro”.

Los siguientes son algunos de los puntos clave de la postura de la OMS sobre el CBD:

Potencial médico del CBD: La OMS reconoció que el CBD ha mostrado potencial en el tratamiento de ciertas condiciones médicas. Destacaron su posible eficacia en el tratamiento de la epilepsia y trastornos relacionados, como el síndrome de Dravet y el síndrome de Lennox-Gastaut.

Usos terapéuticos del CBD: la OMS reconoció que el CBD puede tener beneficios terapéuticos para otras afecciones, como la ansiedad, el dolor, la inflamación y los trastornos neurológicos. Sin embargo, enfatizaron la necesidad de más investigación para comprender mejor estos beneficios potenciales. Como información general, resulta interesante destacar que, junto con el respaldo de la OMS, la FDA aprobó el CBD como medicamento alternativo para tratar la epilepsia. Con la aprobación de la FDA, estos medicamentos se generalizaron, lo que significó un alivio para muchos padres que, durante años, habían buscado formas alternativas de administrar extractos de cannabis a niños con condiciones de epilepsia difíciles de tratar.

CBD y adicción: según la OMS, el CBD no produce los mismos efectos psicoactivos que el THC (el tetrahidrocannabinol, principal compuesto psicoactivo que se encuentra en la marihuana) y no está asociado con la adicción.

El CBD y los tratados internacionales de control de drogas: la OMS recomendó que las preparaciones de CBD con menos del 0,2 % de THC no se incluyan en las convenciones internacionales de control de drogas. Esta recomendación tenía como objetivo facilitar el acceso al CBD con fines médicos y de investigación.

De todas formas, es importante tener en cuenta que el panorama regulatorio que rodea al CBD está en constante evolución, y es fundamental consultar la información y las directrices más recientes de la Organización Mundial de la Salud o las autoridades sanitarias pertinentes de su región para conocer la postura más actualizada sobre el CBD y sus usos.