El origen del aceite de CBD y de todos los productos que se elaboran con ese cannabinoide, es el cáñamo. Esa materia prima vegetal debe ser sometida a un proceso que incluye varias fases cruciales, y de la forma como se realice cada una de ellas, dependerá la calidad del producto final. Por ello, es esencial asegurarse de que la empresa fabricante sea confiable y garantice la pureza, seguridad y eficacia del producto.

Para empezar, es necesario que el cáñamo se cultive de forma natural para que esté libre de pesticidas y metales pesados. Solo es posible crear aceites de CBD de máxima calidad utilizando la mejor materia prima.

Una vez cosechado, comienza el proceso de elaboración del aceite, el cual podría resumirse en seis fases clave que van desde la molienda hasta el embotellado, para concluir con la última etapa, tal vez la más crucial, que consiste en realizar las pruebas y análisis para verificar que el producto cumple con todos los estándares requeridos.

En esta primera fase se clasifica el material vegetal que va a ser molido para extraerle el CBD. En la selección, se priorizan las flores maduras de la planta porque en ellas se encuentra la mayor concentración de CBD. Una vez desechadas las partes más grandes de la planta, las flores y los tallos pequeños se colocan en una fresadora y se muelen finamente para la extracción.

Para extraer el aceite del material vegetal que se ha molido, se requieren maquinarias y condiciones que permitan separar los variados compuestos químicos presentes en el cáñamo. Para ello se usa CO₂, el cual, sometido a condiciones supercríticas adquiere características tanto de gas como de líquido. Con esa solución se impregna el material que fue molido y se extraen los compuestos químicos fundamentales. El resultado es un lodo negro, el cual debe someterse a una fase de descarboxilación para transformarlo en el producto que se busca obtener.

Ese lodo negro contiene una versión no activada de CBD, llamada CBDA, la cual no tiene la capacidad de interactuar con el organismo de la misma forma que el CBD, porque contiene un carboxilo adicional que es necesario eliminar. La descarboxilación puede hacerse calentando el lodo en un horno mediante un proceso químico.

Luego de la descarboxilación, es necesario destilar la mezcla para separar la gran cantidad de compuestos que se han obtenido. Esa fase se realiza calentándola y condensándola cuidadosamente, de forma de seleccionar solo aquellos que se necesitan.

En esta etapa se pueden aislar también otros cannabinoides específicos como el CBG; CBN Y CBC, para utilizarlos en determinados productos.

Después de esta etapa, el extracto de espectro completo que se tiene como resultado, está prácticamente listo, pero todavía será necesario filtrarlo en condiciones estériles, lejos de la zona de producción, a fin de eliminar los microbios que puedan haber sobrevivido a las etapas anteriores y darle el nivel de pureza requerido.

Durante la filtración se incorpora, al extracto de CBD, el aceite portador que se desea, el cual puede ser aceite de oliva, de semillas de cáñamo, de comino negro, o cualquier otro que se elija.

La etapa de embotellado es crucial para mantener la integridad del aceite de CBD. Debe asegurarse que la proporción entre el aceite portador y el extracto de CBD coincida con la concentración deseada, con la cual se ofrecerá luego al consumidor. En esta etapa es preciso etiquetar correctamente los productos, identificando el número de lote y la fecha de caducidad, a fin de que los clientes pueden verificar el contenido exacto del producto que han elegido.

Mediante la fase de pruebas y análisis se verifica la pureza, integridad y contenido, no solo del CBD sino de los otros cannabinoides presentes, incluido el THC, de forma de garantizar que las trazas de este cannabinoide sean exactamente las permitidas por la ley. Esta etapa es realizada por un grupo especializado de expertos que no forma parte del grupo que realizó las etapas anteriores.